A lo largo de mis veinte años emprendiendo, he aprendido a liderar, perseverar y escuchar. A perder el miedo (o hacerlo a pesar del miedo). A aprender con rigor y a aplicarlo rápidamente. A equivocarme y aprender de los errores. Y, sobretodo, a hacer que las cosas sucedan.
Todos los proyectos que he fundado o en los que he participado han estado enfocados a la innovación: digital o social. Con ellos, he aprendido a mirar al futuro con positivismo, para poder proponer posibilidades apetecibles por las que luchar. Esto me ha enseñado a escuchar, a activar mi pensamiento creativo y a tener una visión transversal y global.